sábado, 22 de octubre de 2011

13 de Mayo

Puede que nadie lo entienda. Es complicado, quizás imposible. Es especial, como nada en el mundo. Y te sientes bien. Porque sus sonrisas eran perfectas, la música, el lugar… la comida incluso. Había llegado el día. GENIAL, olvidaríamos todo y nos perderíamos entre alcohol, abrazos y baile a tutiplén. Como solo ellas saben hacerlo. Como solo ella nos enseñó.

Y comimos, bailamos y brindamos. Juntas, eso era lo importante. Una noche diez, nada podría definirlo mejor.

Transcurridas  unas horas, con los pies cansados, alcohol en las venas y derroche de amor por todas partes, cambiamos el rumbo. Ahora tocaba salir.

Y a pesar de lo perfecto que era todo algunos desajustes pusieron manchas grises en aquella noche de princesas azules, manchas que poco a poco se fueron aclarando… Violeta, sí, ese era el color. El vino había hecho estragos. 

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