lunes, 9 de diciembre de 2013

Donde la lluvia es arte.



Dicen que el recuerdo duerme en la retina,
dicen que hay ciudades que desprenden dopamina,
dicen que la luna brilla como nunca
si la miras desde calles donde bailas con la tuna.

Dicen que es coqueta, dicen que enamora,
dicen que hoy es jueves, dicen "hoy salgo sin hora".
Lleva una afición que te canta el miudiño,
lleva la emoción de ser garganta de un equipo.

Dicen ponme otra, dicen en la barra, 
y algunos pasan horas invitando a la más guapa.
Llueve con encanto, llueve por pereza
y vamos conquistando con acento en la maleta.
Rara vez te odio, rara vez me faltas.
No hay ni un peregrino que se marche sin resaca.
Dicen que es un pueblo lleno de otros pueblos,
dicen que no hay nada más bonito que vivir en Santiago.

En Santiago...pensando en ti,
en Santiago, pasarse media vida en Santiago
quedarse media vida pensando en ti.

Dicen que hay dos zonas, que una está más vieja
y es más elegante incluso que la moraleja.
Dicen que hay terrazas llenas de estudiantes,
locos por las tapas y el amor de facultades.

Algo pasionales. Somos algo pasionales. 
Gracias al Pedroso queda sitio en los hostales.
Música en directo, atletas de alameda. 
Casi toco el mar sin probar la carretera.ç

Vi llorar de rabia, vi llorar de pena.
Vi la unión de la plantilla contra la tragedia.
Vi que hay miradores en todas las ventanas.
Vi que hay más parejas tonteando por las plazas.
Vi la humanidad de todo buen gallego.
Vi la relación del vino con el forastero.

Dicen que es verdad, que es de Compostela,
dicen que no hay nada más bonito que vivir en Santiago.
En Santiago...pensando en ti,
en Santiago, pasarse media vida en Santiago,
quedarse media vida pensando en ti.





Fredi Leis




miércoles, 20 de febrero de 2013

41° 54′ 0″ N, 8° 52′ 0″ W

Era junio del 2012. B contoneaba sus caderas por la playa sin importarle el que la gente de alrededor tuviera la vista fijada en ese caminar exagerado. Me vino a la cabeza la canción Las chicas son guerreras y no pude evitar sonreír.
- Y así, queridas amigas – dijo con ese tono elocuente que usaba cuando quería que todas le prestásemos atención – es como se conquista a un hombre. El mensaje tiene que ser ese: “se ve pero no se toca”. Hay que dominar.
Se escuchó una carcajada general. Siempre creí que acabaría siendo presidenta de España con ese talante que usaba en sus discursos.

A enseguida puso el punto de vista romántico a la discusión.

- Eso sirve para los chicos de una noche. En realidad en el amor un hombre es igual a una mujer, buscan exactamente lo mismo.
Me encantaba eso de A, pese a saber perfectamente lo que pasaba a su alrededor siempre guardaba un halo de soñadora que nadie le podía arrebatar, buscaba el amor más allá de lo que nuestra generación pretendía. Quería un amor de película, de esos que rompen estadísticas.

A veces me sigo preguntando como podíamos ser tan amigas siendo tan diferentes. Tal vez eso sea la amistad verdadera, conocer a alguien cuyas ideas te parecen tan absurdas y locas que lo encerrarías en un manicomio y pese a ello quererlo locamente. Fuera lo que fuese allí estábamos las seis, más unidas que nunca. Los 20 años había llegado rápido y bruscamente, como si alguien entrara en tu casa sin llamar por la mañana y estuvieras todavía en pijama. Creo que aún no los habíamos asimilado, por lo menos no de la manera en que lo hicimos al finalizar el verano.

Era junio del 2012 y ya estábamos a 27 grados.

Me encantan las noches de verano. No necesitas medias e incluso sobra la chaqueta. Llevaba un vestido que dejaba ver mis piernas todavía demasiado blancas como para presumir de moreno pero ya con un cierto color. Me faltaban los últimos retoques aunque sabía que acabaría llegando tarde, las doce siempre acababan siendo y cuarto para todas excepto para C que seguía su propio ritmo y optaba por llegar a la una. Y eso en sus mejores días. Hacía tiempo que nos habíamos rendido con ella.


Llegué acalorada. M y B estaban ya esperando pero me recibieron con una sonrisa de todos modos. Supongo que ya intuíamos una buena noche. Creo que era la primera vez en la que estábamos todas solteras y eso creaba un ambiente especial. Aunque todas arrastrábamos los últimos desengaños amorosos como podíamos, habíamos decidido que en esa noche nadie se lamentaría del año anterior.

- Perdonad -La voz de A nos sorprendió a todas, estábamos despistadas, probablemente con alguna tontería de  M- pelea con el armario.

No necesitaba más excusa. Era nuestra clave y todas lo entendíamos. Llegaba con Z que parecía ser la que mejor entendía las “peleas con el armario”, pues miró a A de una manera tan comprensiva que rozaba la maternidad de la que tanto escapaba.

 Me hace gracia pensar en aquello y verla ahora como loca detrás de sus niños con esa cara de felicidad.
L, desastrosamente abrazable

domingo, 27 de enero de 2013

He aprendido que...

los para siempre pueden romperse y los nunca pueden ser mentira. Que la locura se encuentra mejor en una ciudad desconocida, que la noche confunde y el día reconstruye. Que el alcohol mucho mejor si es con moderación, que hace estragos y cura heridas. Que hay amistades que se conservan intactas sin necesidad de cuidados especiales y que hay otras que sin ellos se rompen. Que toda persona es egoísta y mala mientras no demuestre lo contrario. Que la playa en una noche de verano es el lugar perfecto para desvariar y que las horas de sueño siempre se le devuelven a la cama. Que no hay nada mejor que la sonrisa de un niño y que si das, recibes. Que si luchas te repones y que las ganas de vivir se consiguen así, enfrentándose a la vida. Que todo es cuestión de prioridades. Que la buena suerte se tiene. Que hay lecciones que se aprenden y otras que simplemente son lecciones. Que los de verdad permanecen y los pasajeros solo dejan huella. Que si no duelen, no son amigos. Que para llorar hay hombros y para reír tiempo. Que no hay buenos defectos, sino malas virtudes. Que hay tesoros, y hay abuelos. Que las noches son para algo más que dormir. Que mente y corazón deben ir juntos. Que los buenos y los malos a veces se confunden. Que las ganas se hacen. Que dar un abrazo no es saber abrazar. Que la unión hace la fuerza. Que hay momentos, y buenos momentos. Que los hay de fiesta, de lágrimas, de risas, de verdad y de mentira. Que hay lugares y hay recuerdos. Que no es fácil el perdón, y que las espinas atragantan.